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Educación del paciente con anafilaxia: puntos esenciales
La educación del paciente con anafilaxia y de su entorno es fundamental para prevenir y saber cómo actuar eficazmente ante futuros episodios. La educación debe ser personalizada en función de la edad del paciente y su historial clínico 1. Hay tres puntos esenciales en los que educar a los pacientes con anafilaxia 2:
- Evitar la exposición a los alérgenos desencadenantes.
- Reconocer rápidamente los síntomas de un episodio de anafilaxia.
- Aprender a manejar los autoinyectores de adrenalina.
Evitar la exposición a alérgenos
Para reducir las posibilidades de sufrir episodios de anafilaxia, los pacientes y su entorno deben aprender a evitar la exposición a alérgenos desencadenantes.
Por ejemplo, en la anafilaxia inducida por alimentos, es fundamental educar al paciente sobre la importancia de revisar el etiquetado de los productos o incluso contar con el apoyo de un nutricionista especializado para evitar la ingesta accidental de algún alérgeno desencadenante3.
En el caso de la anafilaxia inducida por fármacos, es fundamental que el historial clínico del paciente esté actualizado. Además, es recomendable el uso de pulseras o collares con la información relevante del paciente para que, en caso de emergencia, no se administren fármacos que puedan inducir anafilaxia3.
Reconocer los síntomas de un episodio de anafilaxia
Para poder actuar con la mayor rapidez posible y evitar complicaciones que comprometan la vida del paciente, es necesario que tanto el paciente como su entorno sepan reconocer los síntomas de un episodio de anafilaxia.
Los episodios de anafilaxia ocurren, en su mayoría, pocas horas después de la exposición al alérgeno3. Estas reacciones afectan a distintos órganos y sistemas como la piel, sistema respiratorio, circulatorio o gastrointestinal. La manifestación clínica y la severidad de los síntomas de anafilaxia puede variar, por ejemplo, en función de la edad del paciente o la cantidad de alérgeno al que ha estado expuesto3.
Por lo tanto, ante cualquier síntoma sospechoso de anafilaxia, el paciente o su entorno debe:
- Eliminar la exposición al alérgeno desencadenante.
- Emplear el autoinyector de adrenalina.
- Llamar a emergencias lo antes posible para que su situación clínica sea valorada por un profesional sanitario.
Correcto manejo de los autoinyectores de adrenalina
Es muy importante instruir correctamente al paciente sobre cómo y cuándo usar los autoinyectores de adrenalina. Por ejemplo, se ha visto que la práctica de la inyección intramuscular con autoinyectores o jeringas cargadas con solución salina puede ayudar a reducir la ansiedad de los pacientes o sus familiares ante una situación de anafilaxia 4,5. Se recomienda que el paciente siempre lleve consigo instrucciones escritas de cómo usarlos y dos autoinyectores, por si un inyector falla o porque en algunos casos es necesaria una segunda dosis si los síntomas no remiten o si se ha producido una infradosificación6. En general, se asume que el uso de autoinyectores de aguja fina minimiza el dolor del pinchazo, lo que ayudará a reducir la sensación de rechazo de algunos pacientes a las agujas7.
Es importante que el paciente sea también consciente de la dosis de adrenalina recomendada según su peso corporal (0,01mg/kg): 0,15 mg en niños de entre 7,5 y 25 kg, 0,3 mg en pacientes de entre 25 y 50 kg y sin superar la dosis máxima de 0,5 mg en pacientes de más de 50 kg 1.
Además de saber la dosis y usar correctamente estos dispositivos, es necesario que el paciente conozca la fecha de caducidad y correcto almacenamiento de la adrenalina: mantenerla lejos de temperaturas extremas y de la luz del sol para evitar su degradación2,3.
Conclusión
La educación del paciente y su entorno sobre cómo prevenir y actuar durante un episodio de anafilaxia es fundamental para salvar la vida de estos pacientes ante esta situación de emergencia médica.