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Prevenir futuros episodios
Tras un ingreso hospitalario por un episodio de anafilaxia, el paciente tiene que ser visto por un alergólogo el cual le prescribirá un autoinyector de adrenalina. Además, es necesario establecer una serie de pautas con el fin de prevenir futuros episodios que puedan comprometer la vida de los pacientes.
Esto resulta fundamental sobre todo en el caso de los niños, dado que esta enfermedad tiene, en esta población, una incidencia hasta 3 veces mayor que en adultos1. Además, aprender a manejar a largo plazo la anafilaxia puede ayudar a reducir el impacto psicológico y la ansiedad que esta enfermedad provoca tanto en los niños, como en sus padres2.
La guía de anafilaxia 20203 elaborada por la Organización Mundial de Alergia (WAO por sus siglas en inglés), establece una serie de pautas clave en el manejo de anafilaxia a largo plazo que se detallarán a continuación.
Identificación del alérgeno desencadenante
Se recomienda que los niños con anafilaxia sean valorados por un alergólogo para poder confirmar el alérgeno desencadenante y si hay cofactores asociados al mismo3. Los principales elicitores de anafilaxia en niños son los alimentos, las picaduras de insectos y los fármacos3.
Prescripción y correcto manejo de autoinyectores de adrenalina
Los autoinyectores de adrenalina son una herramienta segura, rápida y eficaz para manejar episodios de anafilaxia en niños. En la población pediátrica el miedo a las agujas es muy frecuente, por lo que es fundamental que los autoinyectores estén adaptados para su uso en niños. Por ejemplo, los autoinyectores con aguja fina y corta mantienen su eficacia en la administración intramuscular de adrenalina4, además de reducir el riesgo de inyección intraósea y minimizar el dolor del pinchazo 5.
El ajuste de la dosis de adrenalina a la población pediátrica es también muy relevante. La WAO recomienda mantener una dosis acorde al peso del niño (0,01 mg/kg)3: 0,15 mg en niños de entre 7,5 y 25 kg, 0,3 mg en pacientes de entre 25 y 50 kg y 0,5 mg en pacientes de más de 50 kg.
Además, es recomendable que el niño lleve siempre consigo dos autoinyectores por si uno falla o los síntomas no remiten tras la primera inyección.
Educación de los padres y/o cuidadores
Es muy importante educar a los padres, cuidadores y personal escolar sobre cómo reconocer los síntomas de un episodio de anafilaxia, así como saber utilizar correctamente los autoinyectores de adrenalina6. No obstante, se recomienda que el niño siempre lleve consigo instrucciones escritas de cómo actuar en caso de anafilaxia, además de pulseras o collares con la información relevante del paciente y sus alergias para situaciones de emergencia7.
A pesar de ello, muchas veces el niño con anafilaxia siente ansiedad y miedo a sufrir un episodio en el colegio8. Por ello, es fundamental el desarrollo de protocolos de actuación y de apoyo psicológico en los colegios para permitir que los niños con anafilaxia se sientan lo más comprendidos y seguros posibles dentro de su entorno educativo.
Seguimiento médico periódico
La guía WAO recomienda el seguimiento anual de los pacientes por su especialista para valorar las medidas de prevención de futuros episodios, el correcto uso de los autoinyectores de adrenalina y mejorar el control de comorbilidades como puede ser el asma3.
Conclusión
Una correcta aplicación de las distintas pautas para el manejo a largo plazo de la anafilaxia en niños permitirá prevenir y saber actuar de forma más eficaz ante futuros episodios que puedan comprometer la vida de la población pediátrica.